Ondas concéntricas

La gota que colmó el vaso
fue la misma
que derramó su océano;
esa que cayó del cielo
o brotó en sus ojos,
la que salivó su boca
ahogando su voz.
Ese ápice cristalino y esférico,
cambió el final del cuento,
comienzo épico hacia una nueva vida.